Luego de que el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos contabilizara más de mil muertos y 20 mil hospitalizados víctimas de la pandemia, el presidente Barack Obama emitió un documento en el que decreta estado de emergencia en el país.
La decisión gubernamental fue dictada para respaldar a las instituciones sanitarias que actualmente cuentan con una afluencia significativa de pacientes contagiados y “para estar preparados ante cualquier eventualidad de un rápido aumento de los casos”, explica el escrito.
Asimismo señala que con la aparición de la gripe AH1N1, “el rápido aumento de los casos a través del país amenaza con desbordar a los servicios de salud”, al mismo tiempo que la entrega de vacunas para controlar la influenza, especialmente en niños y adultos, es tardía.
Obama explicó que “identificando rápidamente el virus, poniendo en marcha medidas de salud pública, informando a los profesionales de salud y al público, y estableciendo una vacunación eficaz” se logrará una protección eficaz para los ciudadanos.
miércoles, 28 de octubre de 2009
sábado, 24 de octubre de 2009
Lucha armada y canje humanitario
Como toda situación de conflicto, la lucha armada en Colombia posee un frente mediático y otro frente militar. El frente mediático controlado por quienes poseen el poder de las fuentes de difusión informativa y quizás el menos objetivo porque plantea la existencia de posturas y opiniones en algunos casos radicales.
El otro frente su se quiere el de la realidad. Sólo es posible verlo y conocerlo si nos adentramos en el conflictos y conocemos a los actores, sus historias y la motivación que mueve cada una de las acciones emprendidas.
En caso colombiano parece sencillo opinar. Para muchos la ecuación se traduce en una estrategia entre buenos y malos. Donde las FARC representan a los villanos de la historia y el gobierno que los adversa, en teoría, son el grupo deseable.
Los conflictos internos y externos de las naciones o países se han caracterizado siempre por poseer como mínimo tres visiones: la del actor A, la del actor B y la de los medios de comunicación, que generalmente favorece a alguno de los dos actores. En la mayoría de los conflictos son los medios de comunicación los que deciden la importancia y alcance.
A partir de la década de los 60 las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ha profesado que su objetivo principal es acabar con las desigualdades sociales, políticas y económicas por medio de la toma de las armas y la creación de un Estado marxista. Su sistema se base en una estructura anárquica que en múltiples oportunidades han marcado la agenda internacional.
Por muchos países las FARC son calificados de terroristas debido a las diversas acciones emprendidas pr ellos: narcotráfico, secuestro de civiles y políticos, robo de ganado, ataques con armas no convencionales en varias localidades, reclutamientos y torturas menores de edad, siembra de minas antipersonas, ofensivas a ambulancias, carros bomba, entre otras cosas; sin embargo el gobierno venezolano de Hugo Chávez Frías ha propuesto denominarlos fuerza beligerante.
A partir de agosto del año 2007, el gobierno colombiano de Álvaro Uribe, decide designar a la senadora Piedad Córdoba para que inicie conversaciones y acuerdos con las FARC con el fin de lograr el canje humanitario de rehenes, y autoriza también la participación del Presidente Chávez para facilitar el diálogo y respaldar la gestión, por lo cual la capital venezolana, Caracas, se convirtió en el bastión para las conversaciones “neutrales” entre las partes en conflicto hasta noviembre de 2007, cuando el gobierno colombiano decide culminar la alianza con Venezuela para lograr el intercambio.
El Presidente Álvaro Uribe ha buscado figurar como el elemento clave para la liberación de una lista de secuestrados que se encontraban en la selva de la frontera colombo-venezolana, entre los que figura Ingrid Betancourt: uno delos frente mediáticos de las FARC.
Las declaraciones e intromisión del presidente venezolano, el papel que juega Uribe, las constantes opiniones difundidas por jefes de Estado de las diversas latitudes, las fotos de Ingrid Betancourt que conmocionaron al mundo y todos los sucesos que se han tejido entorno al intercambio humanitario forman parte del frente mediático de la lucha armada en Colombia.
Ahora, cabe preguntarse si realmente el grupo armado de oposición de Colombia, como ha pasado ha ser denominado por el derecho internacional, se ha mantenido “vivo” por la audacia de sus estrategias militares o por la importancia mediática que se la ha dado quizás por orientación del mismo gobierno colombiano a quien de alguna manera le interesa sustentar su gestión y mantenerse dentro de la agenda internacional por medio de este tema.
El otro frente su se quiere el de la realidad. Sólo es posible verlo y conocerlo si nos adentramos en el conflictos y conocemos a los actores, sus historias y la motivación que mueve cada una de las acciones emprendidas.
En caso colombiano parece sencillo opinar. Para muchos la ecuación se traduce en una estrategia entre buenos y malos. Donde las FARC representan a los villanos de la historia y el gobierno que los adversa, en teoría, son el grupo deseable.
Los conflictos internos y externos de las naciones o países se han caracterizado siempre por poseer como mínimo tres visiones: la del actor A, la del actor B y la de los medios de comunicación, que generalmente favorece a alguno de los dos actores. En la mayoría de los conflictos son los medios de comunicación los que deciden la importancia y alcance.
A partir de la década de los 60 las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ha profesado que su objetivo principal es acabar con las desigualdades sociales, políticas y económicas por medio de la toma de las armas y la creación de un Estado marxista. Su sistema se base en una estructura anárquica que en múltiples oportunidades han marcado la agenda internacional.
Por muchos países las FARC son calificados de terroristas debido a las diversas acciones emprendidas pr ellos: narcotráfico, secuestro de civiles y políticos, robo de ganado, ataques con armas no convencionales en varias localidades, reclutamientos y torturas menores de edad, siembra de minas antipersonas, ofensivas a ambulancias, carros bomba, entre otras cosas; sin embargo el gobierno venezolano de Hugo Chávez Frías ha propuesto denominarlos fuerza beligerante.
A partir de agosto del año 2007, el gobierno colombiano de Álvaro Uribe, decide designar a la senadora Piedad Córdoba para que inicie conversaciones y acuerdos con las FARC con el fin de lograr el canje humanitario de rehenes, y autoriza también la participación del Presidente Chávez para facilitar el diálogo y respaldar la gestión, por lo cual la capital venezolana, Caracas, se convirtió en el bastión para las conversaciones “neutrales” entre las partes en conflicto hasta noviembre de 2007, cuando el gobierno colombiano decide culminar la alianza con Venezuela para lograr el intercambio.
El Presidente Álvaro Uribe ha buscado figurar como el elemento clave para la liberación de una lista de secuestrados que se encontraban en la selva de la frontera colombo-venezolana, entre los que figura Ingrid Betancourt: uno delos frente mediáticos de las FARC.
Las declaraciones e intromisión del presidente venezolano, el papel que juega Uribe, las constantes opiniones difundidas por jefes de Estado de las diversas latitudes, las fotos de Ingrid Betancourt que conmocionaron al mundo y todos los sucesos que se han tejido entorno al intercambio humanitario forman parte del frente mediático de la lucha armada en Colombia.
Ahora, cabe preguntarse si realmente el grupo armado de oposición de Colombia, como ha pasado ha ser denominado por el derecho internacional, se ha mantenido “vivo” por la audacia de sus estrategias militares o por la importancia mediática que se la ha dado quizás por orientación del mismo gobierno colombiano a quien de alguna manera le interesa sustentar su gestión y mantenerse dentro de la agenda internacional por medio de este tema.
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